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Capítulo 06.

—Entonces... ¿ya no tienes nada que ver con ella? —preguntó Jimin.

Jungkook lo miró a los ojos y luego besó su mejilla.

—No, al menos no de forma romántica. Seguimos en contacto por el trabajo de su padre y porque nos ayuda a mantener una relación con Florencia —explicó calmado.

Jimin asintió mirándolo con los ojos entrecerrados y volvió a posar su cabeza en el hombro del alfa.

Se encontraban en la oficina del mayor, con Jimin en el regazo de Jungkook mientras lo abrazaba por el cuello y el pelinegro acariciaba su espalda.

El omega no se encontraba muy cómodo, a decir verdad, ya que la silla de Jungkook no era tan grande para ambos, pero se las arreglaron para que Jimin se subiera encima del alfa como un pequeño y este lo sostuviera por la cintura.

Jungkook seguía trabajando mientras Jimin olfateaba su cabello y su ropa.

—Dices que no te gusta de forma romántica —Jimin habló bajito—. ¿Te atrae sexualmente? —preguntó molesto aunque no sabía la respuesta. Escuchó a Jungkook hacer un sonido en señal de disgusto.

—Para nada, te conté que hace muchos años ya no tengo ese tipo de relación con ella, pero Irina insiste en que lo nuestro no ha acabado y solo estoy encaprichado contigo —Jungkook besó su sien.

—¿Y soy un capricho? —el omega arqueó una ceja.

Jeon dejó de mirar su computadora para mirarlo a él, bajó la vista unos segundos a sus labios y lo besó castamente.

—Siento un deseo impulsivo de tenerte cerca cada vez que te veo, pero tú no eres una cosa. No eres un trofeo, te deseo por ser quien eres, Jimin. No eres un simple capricho —el menor sonrió, arrugando sus ojos.

—Oww, Jungkook. Eso es muy lindo —el omega besó su nariz—. Pero sigo molesto contigo.

—Por favor no me lo recuerdes, dime qué hacer para que me perdones —pidió el alfa, sosteniendo su cintura.

Jimin se quedó pensativo unos segundos y después sonrió apretando sus labios.

—Un aumento no me vendría mal.

Jungkook rodó los ojos y le dio una palmada en su trasero.

—Ganas bien, Jimin. No voy a aumentarte tu sueldo —el omega se quejó, maldiciendo a su jefe, hasta que se separó para mirarlo como si hubiese tenido la mejor idea.

—¿Y si te la chupo?

—Oh por Dios, no. No me vas a convencer —exclamó Jungkook serio, como si esa simple pregunta no hubiera hecho que su pantalón comenzara a apretarse.

Jimin lo sintió debajo de él y sonrió fascinado por el efecto que tenía en el alfa. Así que para molestarlo más comenzó a removerse encima de él.

Jungkook soltó un suspiro entre extasiado y molesto.

—Por favor, no hagas esto ahora.

—Tal vez a ti no logre convencerte, pero hay algo más ahí abajo que ruega por mi atención —Jimin siguió moviéndose en el regazo del alfa, sintiendo como su miembro comenzaba a despertar, escuchando los gruñidos y jadeos del alfa.

—Estamos... mierda, no ahora, Jimin. Estamos en el trabajo —aunque el mayor negaba con su cabeza, mantenía los ojos cerrados y sus manos en las caderas de Jimin, quien se balanceaba hacia al frente y hacia atrás, buscando una erección en el alfa.

Jimin gimió en su oído, mordiendo el lóbulo de su oreja.

—Creo que ya olvidaste lo que pasó aquí, Jungkook. Me cogiste encima de tu escritorio y todavía me mojo cuando lo recuerdo.

El alfa abrió sus ojos solo para encontrar las pupilas dilatadas de Jimin, su esfuerzo se fue al carajo cuando mejor optó por tomarlo de la nuca para besarlo fervorosamente. Lamiendo sus labios y comenzando una danza con sus lenguas.

Jimin gemía mientras acariciaba los cabellos de Jungkook y el alfa acariciaba las caderas del omega para luego bajar sus manos hasta su trasero y apretarlo.

Estaban tan inmersos besándose y frotándose juntos que no notaron los golpes en la puerta hasta que esta misma se abrió.

Se separaron rápidamente y solo cuando vieron a la persona enfrente de ellos ahogaron un jadeo. Jimin se levantó del regazo de Jungkook como un rayo y el alfa se acomodó en su lugar para que su erección no se notara.

Jimin se aclaró la garganta antes de hablar.

—Padre...

—Hola Jimin, hola Jungkook —el alfa mayor los miró a ambos. Con sus respiraciones irregulares—. ¿Interrumpo algo?

El pelinegro se ajustó la corbata que llevaba y peinó su cabello. Definitivamente había sido una muy mala idea no ponerle seguro a la puerta porque a quien menos esperaba en ese momento era a su jefe, y no solo eso... era el padre de Jimin. Carajo, tenía las manos en el culo de su hijo.

Podría ir despidiéndose de su trabajo. Fue bueno mientras duró.

—No, Byungmin. Solo... no pensamos que vendrías hoy —Jungkook trató de no parecer nervioso.

—Ya veo —el padre del omega giró la cabeza, olisqueando el aire. Tensándose cuando descubrió algo—. Jimin, te estaba buscando. El señor Min me dijo que estabas aquí.

El omega que se había quedado quieto con los brazos cruzados sobre su pecho se sorprendió cuando supo que su padre estaba ahí por él. Así que asintió y caminó hasta la puerta, pero antes de salir se giró hasta los dos alfas que lo miraban fijamente.

—Papá, te espero en mi oficina —Byungmin asintió como si Jimin supiera que se quedaría un momento más con el pelinegro—. Y... Jungkook, considera lo del aumento de mi sueldo, creo que nos beneficiaría a ambos.

Y con eso, el omega dejó el lugar, cerrando la puerta detrás de él, sonriendo de manera traviesa.

Cuando Jimin dejó la habitación, Byungmin se giró hasta el alfa menor con las cejas levantadas, Jungkook negaba con su cabeza mientras sonreía nervioso.

El alfa juraba que mataría a Jimin por hacerlo pasar un momento tan incómodo.

—¿De qué querías hablar? —preguntó Jeon, arrastrando su silla hasta que el escritorio pudo cubrir su todavía notable erección, porque sentía todavía el aroma de Jimin en su ropa y eso hacía imposible que dejara de pensar en él, restregando su trasero en su entrepierna.

—Esto —Byungmin hizo una seña con sus dedos, moviéndolos en círculos—. ¿Cuánto tiempo lleva pasando?

Jungkook tragó saliva.

—Exactamente, ¿a qué te refieres? —preguntó el ojiverde guardando la calma.

—Jimin, tú. Sé lo que vi, Jungkook —el hombre lo miró severo.

—¿Vas a despedirme? —preguntó entonces. Byungmin soltó una carcajada.

—¿Despedirte? ¿Por besar a Jimin? Por supuesto que no, Jungkook. Jamás encontraré a alguien tan bueno como tú —el pelinegro pareció respirar de nuevo—. Pero es de mi hijo de quien estamos hablando.

—Lo sé...

—Y si le haces algo, alfa. Juro que te castro —Byungmin sonrió viendo como el rostro de Jungkook palidecía—. Es solo una advertencia, te estaré vigilando.

—Claro, yo... no haré nada malo —el menor comenzó a rayar una hoja en blanco de los nervios.

 La única persona que podía ponerlo nervioso era Byungmin, porque tampoco quería decepcionarlo.

—Y por favor, cuídense por lo que más quieran —el alfa avanzó hasta la salida con las manos en los bolsillos.

Jungkook soltó el aire que contenían sus pulmones cuando Byungmin abandonó su oficina y escondió el rostro entre sus manos.

✧✦✧

—¿Viniste a algo especial o solo para ver que no he renunciado? —preguntó el omega una vez que su padre estuvo en su oficina.

—De hecho, venía a hablar contigo —exclamó el alfa sentándose frente a su hijo—. ¿Es tu novio?

Jimin lo miró fijo y después sonrió, haciendo que Byungmin sonriera también.

—¿Lo amenazaste? —preguntó intrigado.

—Hubieras visto su cara, creyó que lo iba a despedir —ambos rieron un momento y chocaron sus puños.

Cuando Jimin se relajó, comenzó a hacer círculos imaginarios en su escritorio.

—Pero no, no estamos juntos —sinceró el omega—. Al menos no de... forma oficial.

Byungmin asintió levemente de acuerdo.

—¿Cómo está mamá? —volvió a preguntar Jimin, mirando a su padre, Byungmin se pasó una mano por el cabello.

—Ella está bien, un poco molesta porque no te ha visto, piensa que ya no la quieres porque hace mucho no nos visitas —su padre no sonaba acusatorio, él solo movía su pie y golpeaba el escritorio con su dedo índice.

—Tendré que hablar con ella, estas semanas han sido difíciles y el trabajo me tiene esclavizado —Jimin mintió. Definitivamente no le diría a su padre lo que había ocurrido con Jungkook porque sea cual sea la amenaza que haya hecho, estaba seguro que la cumpliría.

Y Jimin todavía necesitaba un poco más de Jungkook, entero y saludable.

—¿Y mis hermanas? —preguntó de la misma forma.

—Todas están bien, Soojin sigue en la universidad y nos visita de vez en cuando —Jimin recordó que su hermana ya no vivía con sus padres—. Y las gemelas están emocionadas por navidad, aunque todavía falten dos meses.

Jimin sonrió enternecido y ellos siguieron hablando sobre su familia, el omega prometió que iría a su casa antes de diciembre.

Y cuando el omega creyó que Byungmin había olvidado a lo que venía, el alfa se sentó mejor en su lugar y entrelazó sus manos por encima del escritorio.

—Jimin, tengo una propuesta para ti.

El omega escuchó atentamente lo que su padre decía y al final se levantó para abrazar a su padre de la emoción, pensando en cómo le diría a Jungkook. Solo necesitaba algo de tiempo.

✧✦✧

Cuando Jimin terminó de acomodar las cosas en su oficina, salió para dirigirse a donde estaba su jefe.

Tocó con su puño cerrado y cuando escuchó la voz grave del alfa indicándole que pasara, él abrió la puerta.

Jungkook estaba recostado en el sofá gris de la habitación mirando su celular. Jimin posó las manos en sus caderas mientras lo veía con la ceja arqueada.

—Sé que eres tú, Jimin —dijo convencido sin voltear a verlo.

—Y si fuera alguien más, ¿qué pensarían de verte acostado, alfa?

—Pensarían que estoy cansado y necesito tiempo para mí —respondió simple.

Jimin caminó hasta el sofá y se subió encima de Jungkook, quien se quejó cuando lastimó su costilla.

—¿Qué haces en el celular?

—Estoy buscando sitios para llevarte —el alfa contestó inmerso en su celular.

Escuchó a Jimin lloriquear y fue entonces cuando apartó su celular para observar al menor recostado en su pecho.

—Jungkook, no me importa a donde me quieras llevar —Jimin volvió a quejarse bajito—. Solo quiero que me prestes atención.

El alfa lo miró con los ojos abiertos y se removió para quedar sentado en el sofá, Park lo dejó sentarse para luego echarse de nuevo encima. Pasando sus rodillas al lado de las piernas de Jungkook, el alfa abrazó su cintura con sus fuertes brazos mientras olisqueaba su cabello.

—Okay... ¿qué ocurre? El Jimin normal me hubiera golpeado con el celular en la cara —Jungkook sonrió mientras el más bajo seguía oculto entre su hombro y su cabeza.

—Vengo y te encuentro flojeando en el trabajo, Jungkook. ¿Qué diría mi padre sobre ti?

El alfa bufó.

—No sé y no quiero saber. Tendría más razones para cortarme las bolas y no quiero.

Escuchó al omega en su regazo carcajear hasta que soltó lágrimas, Jimin reía y es como si le devolvieran la vida, su pecho se apretaba con felicidad y él estaría satisfecho de escuchar su risa todos los días.

—Entonces fue eso —Jimin volvió a reír. Jungkook rodó los ojos—. Lo siento, es que... es muy divertido.

Jungkook se mantuvo en silencio hasta que el omega pareció tranquilizarse.

—¿Ya terminaste de burlarte? —preguntó el mayor en un tono indignado.

—Si, lo siento —el omega dio un rápido beso en su boca antes de levantarse de su regazo—. Vayamos a mi departamento.

—No estoy de humor para eso —bromeó Jungkook.

—No vamos a tener sexo —Jimin rodó los ojos—. Me duele la cadera, es que me cogieron tan fuerte que ya te imaginarás.

El alfa levantó su vista como si se tratara de un imán y lo miró asombrado hasta que notó la mueca de Jimin, solo entonces se permitió endurecer su gesto.

—Muy gracioso, Jimin —se levantó del sofá y llegó hasta el omega parado frente a él, el menor iba a decir algo pero Jeon fue más rápido y lo levantó sin esfuerzo como si de un saco se tratara. El trasero del omega quedó muy cerca de su rostro y aprovechó para azotarlo cuando escuchó las quejas de Jimin.

—¡Jungkook! Bájame ahora —gritó golpeando su espalda. El alfa ni siquiera se inmutó por sus golpes.

—Esto te pasa por provocarme —Jungkook tomó su maletín del escritorio y apagó las luces de la oficina, saliendo de la misma.

—Oh por Dios, Jungkook. Qué vergüenza, bájame ahora —Jimin susurró.

Fue cuando el alfa dejó el pasillo que se encontró con algunos trabajadores que todavía estaban en el edificio, ellos se quedaron estáticos al ver al amargado Jeon Jungkook cargar a su secretario como si nada.

El omega se tapaba el rostro como podía debido a la pena y murmuraba maldiciones al mayor por hacerlo pasar tal vergüenza.

Cuando entraron al elevador, Jimin pensó que el alfa por fin lo bajaría, pero no fue así, Jungkook presionó los botones y después esperó hasta llegar a la primera planta.

—Jungkook, comienzo a marearme —habló Jimin medio ido—. Pero vaya vista que tengo. Que culo te cargas, alfa. ¿Haces ejercicio?

Jimin soltó unas risitas y luego Jungkook sintió un pellizco en su trasero, se lo devolvió al omega.

—Digo lo mismo de ti —exclamó el alfa sonriendo.

—No, es natural —mencionó el omega y ambos rieron.

✧✦✧

Jungkook buscaba algo para mirar en la televisión del omega mientras Jimin hacía palomitas en la cocina.

El departamento del omega en definitiva no tenía pinta de un soltero malhumorado que ganaba mal en el trabajo.

Era espacioso y estaba bien iluminado, contaba con dos habitaciones y dos baños. La sala era amplia con sillones grises y almohadones negros. La mesita del centro tenía pequeñas decoraciones que Jimin había comprado y la pantalla plana pegada a la pared.

Tenía ventanas enormes con cortinas de un gris claro, Jimin tenía muchos cuadros en las paredes y fotografías de él, de su familia o de cualquier cosa enmarcadas por todas partes.

Cuando Jungkook llegó al departamento se quedó mirando una fotografía de Jimin que se encontraba en la estancia, donde posaba alegre con un perro negro. Jimin sonreía ya que el animal le lamía la mejilla.

Pensó en llevársela sin que el omega se diera cuenta, pero luego lo pensó mejor.

Además, justo en ese momento su rostro se encogió de tristeza al recordar el cuadro de Florencia. Ese que el omega de seguro tenía planeado mostrarle.

—¿Encontraste algo? —preguntó el rubio llegando a la sala con un tazón lleno de palomitas.

—¿Te gustan las películas de terror?

—¿Quieres que te abrace cuando me asuste? —Jimin dejó el tazón en la mesita que había frente a ellos y llegó hasta Jungkook, abrazándolo por el cuello—. Eso puedo hacerlo sin estar asustado, Kook.

El alfa besó su cabello.

—No lo decía por eso, pero si gustas no me opongo.

Así que, terminaron viendo una mala película de terror que en definitiva no asustó a ninguno, pero aún así el omega se recostó en Jeon, colocando su cabeza en el hombro del alfa, Jungkook lo abrazó por los hombros.

Cuando terminó, ninguno se separó hasta que los créditos terminaron y otras recomendaciones de películas comenzaron a pasar.

Se mantuvieron en un cómodo silencio, escuchando las respiraciones del otro y sintiendo sus pieles tibias, cuando ambos hablaron al mismo tiempo.

—Tengo que decirte algo.

—Tengo que decirte algo.

Se miraron a los ojos y sonrieron, Jungkook besó la frente de Jimin.

—Tú primero, Jungkook —pidió el omega.

—Bueno, yo... mañana habrá una fiesta en casa de Yoongi para celebrar el aniversario de la compañía y quiero que vayas conmigo —explicó el alfa.

Jimin abrió la boca indignado.

—¿Por qué nunca me entero de nada? Siempre soy el último que sabe —Jimin formó un puchero que Jungkook se resistió a besar—. Pero si, iré contigo.

Jimin lo miró fijamente.

—Pero si me entero que estuviste con un omega me voy —el rubio lo apuntó con su dedo índice.

—Quieres decir... ¿otro omega aparte de ti? —Jimin lo pensó y luego asintió—. Bien, ¿qué era lo que querías decirme?

El rubio pareció recordarlo y rascó su ceja incómodo.

—Si, bueno... yo... mi padre —comenzó nervioso. Mordía la piel alrededor de sus uñas y evitaba mirar a Jungkook—. Nosotros, bueno —Jimin sonrió nervioso.

El alfa levantó su mentón, haciendo que los ojos de Jimin lo miraran, acarició su mejilla delicadamente.

—Tranquilo, puedes decirme.

El menor suspiró y luego volvió a respirar como si tomara fuerzas para decir lo que quería a continuación.

—Mi padre propuso que vinieras a la cena navideña —soltó rápidamente. En realidad, Byungmin no había dicho eso, pero Jimin se arrepintió de lo que en verdad iba a decir y tuvo que inventarse algo, eso fue lo mejor que se le ocurrió.

—Cena navideña...

—Sí, sé que no vas con tus padres y no quería que la pasaras solo —Jimin hablaba rápidamente debido al nerviosismo de saber si Jungkook aceptaría o no—. No tienes que ir si no quieres, es un poco ruidoso y es mucha gente que se reúne por mi cumpleaños también y...

El omega no pudo terminar su palabrería porque Jungkook ya lo estaba besando, suave pero firme, tan solo con sus labios pegados a los de Jimin, hasta que el omega lo tomó por la nuca e inclinó la cabeza a un lado. Se besaron unos segundos más antes de separarse.

—Quiero ir —dijo Jungkook y luego abrió grandes sus ojos verdes—. Un momento, ¿tu cumpleaños?

—Es en noche buena, así que son dos días de festejo —el omega asintió.

—Conoceré a tu familia —el rostro de Jungkook pareció iluminarse y Jimin puso los ojos en blanco cuando supo lo que estaba pensando.

—No con esa intención, vamos como amigos —el rubio jugaba con los dedos de su mano—. Y mis padres te adoran como si ya fueras de la familia.

—Ahora se le dice amigos, claro —mencionó el alfa observando el techo—. Y no entiendo porqué pasamos muchos años sin conocernos entonces —Jungkook lo miró.

Jimin se encogió de hombros.

—Fácil, porque nunca quise ir al trabajo de mi padre.

—Eso lo explica todo —Jungkook levantó sus manos de forma obvia.

Al final, el alfa aceptó. En el fondo emocionado porque se estaba cansando de pasarla con la familia de su hermana siempre, así que se sintió conmovido cuando un Jimin muy nervioso lo invitó a él, a Jungkook, para que festejara con su familia.

Hablaron un poco más, con la televisión encendida de fondo y las luces tenues del departamento. Comían palomitas y se molestaban entre ellos.

Jimin jugaba con su mano cuando separó sus dedos corazón y anular del resto, el omega los señaló.

—Mira alfa, con estos me hiciste venir.

Jungkook parpadeó un segundo y luego soltó una carcajada fuerte que se quedó grabada en las paredes del departamento. En definitiva, nunca se aburría con Jimin. Siempre sabía cómo hacerlo enojar o reír. Se burlaba de él, pero también acariciaba su cabello de manera dulce.

Y Jeon era serio casi todo el tiempo a excepción de cuando estaba con Park. Lo besaba y olfateaba su cuello, sabía qué decir para hacerlo sentir mejor y bromeaban juntos.

Ambos se complementaban bien, pero parecían no notarlo.

✧✦✧

El día pasó rápidamente y esa noche, un omega ojimiel se encontraba sacando ropa de su closet para decidir qué vestir. Faltaba muy poco para que el alfa llegara por él y Jimin se paseaba desnudo por la habitación revolviendo entre sus cajones.

Jungkook le había dicho que era informal, era una fiesta común así que no tenía que vestir nada elegante.

Al final se vistió con unos jeans negros ajustados y tomó una camisa blanca corta que dejaba a la vista su abdomen, calzó sus típicas converse y tomó una chaqueta de su armario.

Peinó su cabello hacia un lado y tomó de su mesita de noche su cartera, desconectó su celular y recibió un mensaje de Jungkook avisando que estaba cerca, así que se dedicó a esperar.

Cuando tocaron la puerta de su departamento salió disparado hasta la sala de estar. Abrió la puerta esperando encontrar a Jungkook.

El alfa estaba ahí, tan guapo como siempre, recargado en la pared, cuando lo vio, Jeon sonrió mirándolo de arriba abajo.

—Te ves jodidamente caliente —espetó el alfa, acercándose para tomar su cintura descubierta.

—Puedo decir lo mismo de ti, creo que estaré un poco celoso en la fiesta —Jimin se paró de puntitas para lamer sus labios y luego dejar un rápido beso en estos mismos.

El alfa llevaba unos pantalones negros igual que él, una camisa roja un poco suelta que resaltaba su piel blanca y sedosa; y unos zapatos negros a juego.

Jimin besó la línea de su mandíbula para luego alejarse y cerrar la puerta. Cuando estuvo cerrada, su espalda golpeó con la madera cuando Jungkook lo empujó, pasando sus rodilla entre las piernas de Jimin.

En menos de un segundo ya estaban besándose húmedamente mientras acariciaban las partes que podían, se frotaban juntos y jadeaban, tragando los gemidos del otro. Jimin despeinaba a Jungkook y el alfa bajaba las manos de su cintura hasta su trasero para apretar fuertemente.

Al final tuvieron que separarse por miedo de ser vistos, pero prometieron terminar eso luego.

Así que ambos bajaron hasta donde estaba el auto de Jungkook, subiéndose al mismo tiempo para ir a la casa del beta castaño.

Jungkook condujo por la ciudad, mientras ambos cantaban sus canciones favoritas y se reían del otro cuando intentaban imitar las voces.

Era una buena noche y eso que apenas comenzaba.

Cuando Jungkook condujo hasta llegar a una residencia privada, Jimin casi se atraganta al ver las enormes casas, se preguntaba si el hogar del alfa sería igual. Por un momento Jimin se sintió intimidado hasta que escuchó la música y vio a las personas bebiendo en el jardín, ese era en definitiva su lugar.

Ambos bajaron de la camioneta y Jungkook se apresuró para estar a su lado y tomarlo de la cintura.

—Quédate cerca —pidió el alfa, pero Jimin solo miraba a su alrededor viendo como las personas bebían y bailaban o se besaban detrás de los arbustos.

Cuando entraron, ambos fueron saludados por un Yoongi muy sonriente.

—Que bueno que llegan —el beta ya se notaba un poco ido—. Pasen, pasen, están en su casa. Pidan lo que gusten en la barra.

Jimin se sorprendió cuando entró a la enorme casa, la cual se encontraba un poco oscura, a excepción de las luces de colores que iluminaba los rostros sudados de los presentes. El omega se deshizo de su chaqueta negra y la dejó encima de la mesa.

El alfa soltó unas risas cuando vio que Yoongi tenía su propio bar. Ambos se acercaron donde fueron atendidos por un alfa de cabello rojizo.

Pidieron shots de tequila y Jungkook le gruñó cuando el desconocido sirvió otro para Jimin.

El alfa se lo tomó por él.

Ambos estuvieron un rato en la barra, la espalda de Jimin pegada al torso de Jungkook mientras este besaba su cuello y sonreía debido al alcohol ingerido anteriormente.

No sabían cuántos shots llevaban, pero el tiempo siguió pasando y ellos hablaban divertidos, observando a las personas que pasaban. Veían como las personas bailaban con sus cuerpos pegados al otro, bebían y brindaban en vasos rojos, pero también había alfas y omegas que se besaban en las esquinas sin importarles nada.

Algunas y algunos omegas que llegaron a pasar cerca de ellos miraban de más a Jungkook, pero él seguía pegado al cuello de Jimin mientras reía sin sentido.

Fue cuando el alfa levantó la mirada que vio a una pareja del otro lado de la barra y tuvo una idea.

—Jimin, mira —el omega siguió con la mirada a donde Jungkook veía, observando a una pareja de chicas—. Body shots, hay que hacerlo —exclamó emocionado.

Jimin no lo pensó mucho antes de asentir en el mismo estado que Jungkook. Se giró hasta el omega pelirrojo y le hizo una seña para que se acercara.

—¿Si, guapo? —preguntó el bartender.

—¡Dos de vodka, por favor! —Jimin gritó, pues con todo el gentío y el ruido era casi imposible escuchar algo.

El alfa asintió y se los entregó de inmediato.

Cuando se giró, Jungkook estaba hablando con una chica, el alfa entrecerraba los ojos y hablaba rápido, negaba con la cabeza a lo que la chica decía.

Jimin llegó a su lado, escuchando lo que el alfa hablaba.

—No lo haré. Mi omega anda por alguna parte y si me ve aquí... —Jungkook fruncía el ceño mientras hablaba con la chica, pero sonrió cuando lo miró—. Oh, aquí está. Él es, te dije que estaba cerca.

Jungkook arrastraba las palabras y Jimin quien había tomado menos se sorprendió de verlo así. Vio a la chica alejarse molesta cuando Jimin llegó al lado de Jungkook.

—Conseguí vodka —levantó los tragos para que el alfa los viera—. ¿Qué te dijo? —preguntó apuntando con la cabeza a donde la chica se había ido mientras le daba el shot al mayor.

—Quiso que le firmara los pechos a cambio de una mamada —Jungkook sostuvo el vasito que el omega le ofrecía.

—Eso es raro —exclamó Jimin. El alfa asintió de acuerdo.

—Bien, lameré esto desde tu estómago —el pelinegro apuntó la barra—. Ponte ahí.

Jimin hizo lo que le dijo y colocó sus codos en la barra, inclinando su torso para que su estomago cubierto quedara un poco más alto.

Jungkook besó sus labios antes de continuar.

Levantó un poco la camisa de Jimin para no ensuciarlo y comenzó a verter el vodka, el omega se estremeció cuando sintió el líquido caer en su piel. Gotas frías de vodka cayendo por la piel de su estómago.

El alfa se agachó y comenzó a lamer el vodka, viendo a Jimin fijamente a los ojos mientras pasaba su lengua por su vientre plano. El omega sentía cosquillas en su piel donde Jungkook lamía y mordía, así que se llevó la mano a los labios para ocultar su sonrisa.

—¿Has pensado perforarte el ombligo? Sería muy sexy —exclamó el mayor besando por encima del pantalón negro. Vertió un poco más y repitió el proceso, besando y chupando marcas rojizas. El omega se sentía en el paraíso.

Cuando estuvo a punto de terminar, Jungkook subió hasta su cuello, donde vertió el vodka en sus clavículas y enterró su rostro para beber, escuchando los quejidos de Jimin. Besó su cuello y delineó sus clavículas con la lengua.

Cuando Jungkook se separó, Jimin se acomodó la ropa.

—Mi turno —exclamó, dejando el vasito de vodka encima de la barra.

El mayor se acomodó como Jimin estaba, recargado con sus codos en la barra del bar. El omega desabotonó los primeros botones de su camisa roja y la abrió, dejando su pecho al descubierto.

El rubio tomó su shot y lo vertió en el cuello de Jungkook, dejando que resbalara por su torso. El omega se inclinó para comenzar a lamer el vodka desde su cuello y luego bajando, delineando con su lengua los tatuajes del mayor en el torso.

El alfa lo veía con las pupilas dilatadas, observando los labios de Jimin pegados a su piel, sintiendo su lengua húmeda y el líquido frío. Veía como el cabello rubio se pegaba a su frente y tenía las mejillas sonrosadas.

Jimin vertió un poco más encima de su tatuaje y se agachó para lamer el camino de vodka que había dejado hasta su estómago trabajado.

El alfa tiró su cabeza hacia atrás cuando la boca de Jimin fue más abajo y succionó cerca de la V en la pelvis de Jungkook, dejando una marca rojiza.

Y cuando todavía tenía un poco de vodka en su vasito, lo bebió él mismo, remojando sus labios y manteniendo el alcohol en su boca. Se acercó a Jungkook, tomándolo del cuello para besarlo.

El alfa se dio la vuelta, cargando a Jimin para sentarlo en una de las sillas altas que había, ellos seguían besándose húmedamente, con el sabor del vodka en sus labios mientras el omega abría sus piernas para que Jungkook se posicionara entre ellas.

Jeon tomaba su cintura con fuerza y posesión, bajando sus manos hasta sus caderas y luego su trasero. Chupaban los labios del otro y movían sus lenguas con sincronía. Jungkook bajó sus labios hasta su cuello, besando aquel pedazo de piel que lo hacía enloquecer. El alfa lamía su fuente de aroma y mordisqueaba su cuello.

—Quiero hacerte mío esta noche —exclamó el alfa todavía pegado a él. Jimin no escuchó muy bien sus palabras, pero asintió con los ojos cerrados.

—Vamos a... —habló Jimin—. Vamos a bailar —el omega apartó a Jungkook y se bajó de la silla, caminando hacia la gente que movían sus cuerpos al ritmo de la música.

Ellos bailaron, ni siquiera sabían cómo, pero disfrutaban el sonido de la música y el alcohol en sus cuerpos hacía todo mucho más sencillo. Sentían sus cuerpos juntos, sudados por el calor del lugar, con las luces de colores iluminando la multitud. El alfa exclamaba incoherencias en su oído mientras lo apretaba contra él.

Por unos segundos dejó de sentir las manos de Jungkook en su cuerpo, pero fue tan rápido para notarlo porque en un parpadeo ya estaban sobre él de nuevo. Jimin siguió moviéndose, meneando sus caderas y restregándose contra Jungkook.

Fue cuando escuchó una voz en su oído que se congeló y fue como si el alcohol ingerido se hubiera evaporado de su cuerpo.

—Te mueves bien, muñeca —y cuando se giró en definitiva no encontró los ojos verdes del alfa. En su lugar estaba un hombre alto de piel morena y cabello corto.

Jimin se separó del desconocido dándole un empujón y buscó como podía a Jungkook. La gente y su estatura no hacían que todo fuera más fácil, pero se las arregló para buscar al alfa alto y cabellera negra, rodó los ojos cuando lo encontró.

Caminó hasta él, pasando por las personas y empujando cuerpos sudorosos. El omega golpeó la espalda del alfa cuando lo encontró y Jungkook se giró.

—¡Jimin! —gritó Jungkook. Luego se giró hasta el chico frente a él—. Dos Jimin, ¿estoy soñando?

El omega le gruñó al chico con el que Jungkook bailaba, diciéndole que fuera a buscar a alguien más.

Al parecer, los dos se habían equivocado y estaban bailando con las personas equivocadas, encontró a un omega rubio parecido a él restregando su trasero contra la entrepierna de Jungkook y eso solo hizo que rodara sus ojos porque el alcohol no lo hacía enojar como otras veces.

Jimin tomó la mano de Jungkook para que caminaran juntos y ambos pasaron el gentío, subieron las escaleras, con el menor tratando de apartar las manos del alfa de su culo.

Hasta que el omega encontró una habitación desocupada y lo lamentaba mucho por la persona que dormiría en ella.

Ambos entraron y Jimin cerró la puerta poniéndole el seguro.

El omega empujó al alfa a la gran cama, todo estaba oscuro y solo la luz de la luna hacía que vieran un poco, escuchaban la música lejana pero solo mantenían los ojos pegados al cuerpo del otro.

El alfa se inclinó en la cama para ver como Jimin comenzaba a quitarse la ropa. Quitó con sus pies las converse y bajó sus pantalones ajustados, revelando unas sencillas bragas de hilo negro. La boca de Jungkook se hizo agua cuando después de tanto tiempo volvió a ver sus muslos rellenos y el miembro erecto del omega siendo aprisionado por la tela.

Jimin se deshizo de su camisa corta y avanzó hasta la cama, donde gateó hasta llegar al alfa. Cuando Jungkook quiso acariciar su cintura el rubio le pegó en la mano.

—No vas a tocarme porque tuviste tus manos en otro maldito omega —habló el ojimiel.

El mayor lo miró pensando que era broma hasta que la cara de Jimin le demostró que hablaba en serio.

—Fue una confusión —tragó saliva al sentir como Park desabrochaba su pantalón—. Creía que eras tú. Maldición, no puedo pensar bien.

Jimin bajó su pantalón negro junto con su bóxer, dejando al descubierto su semi erección. Jungkook suspiró cuando sintió la mano del omega rodearlo y comenzar un vaivén lento, buscando que se pusiera duro. No pasó mucho tiempo porque el omega era el único que le provocaba esa reacción tan rápido como nadie más.

El omega al ver como el miembro de Jungkook crecía en su mano se agachó hasta tener su rostro cerca y golpeó sus labios con el pene del alfa.

Dejó su culo alzado a la vista de Jungkook mientras se metía su polla a la boca. El alfa soltó un gemido ronco al sentir la humedad rodeando su erección.

Jimin se encargó de chupar y lamer todo mientras seguía bombeando con su mano lo que no alcanzaba con su boca. Metía y sacaba la polla de Jungkook de sus labios, succionando la punta y bajando de nuevo.

Y cuando el alfa quiso tomar la cabeza de Jimin para ayudarlo en sus movimientos, el omega se apartó molesto, dio un apretón que hizo a Jungkook estremecerse.

—Quita tus sucias manos de mí, ya te dije que no vas a tocarme, alfa.

El omega siguió lamiendo con ganas mientras veía el rostro sonrojado del ojiverde y escuchaba sus jadeos. Jungkook apretaba las sábanas de la cama al no poder poner sus manos sobre Jimin.

El omega chupaba con ansias, saboreando el presemen de Jungkook en su boca, amando el sabor de inmediato.

Gruñó cuando Jimin se alejó de él, pero no le dio tiempo de quejarse porque el rubio se subió encima de su cuerpo.

—Voy a montar tu polla tan bien que no vas a querer estar con otros, Jungkook —el omega sentía el lubricante salir y salir de su agujero. Lo sentía resbalar por los muslos y sabía que no necesitaba preparación, así que hizo a un lado sus bragas y tomó el miembro de Jungkook para posicionarlo en su entrada.

Le dio una última mirada de advertencia antes de bajar lentamente, sintiendo como la polla de el pelinegro abría sus paredes, cuanto había extrañado la sensación de sentirse lleno solo por el alfa.

El mayor suspiró al ver a un Jimin muy sudado mordiéndose el labio mientras se acomodaba mejor para empezar a moverse. Estaba siendo una tortura no poder tocarlo, porque quería tomar sus caderas y apretarlas con fuerza.

Cuando Jimin se acostumbró mejor al tamaño, dio un pequeño movimiento, impulsándose con sus rodillas.

—Mierda, había olvidado lo grande que eres, alfa.

No tardó mucho tiempo en empezar a moverse, dando certeros brincos, apoyando sus manos en el pecho de Jungkook para ayudar a saltar mejor.

El omega subía y bajaba, apretando la polla del alfa en su interior. Jungkook gemía grave, llenando la habitación de sus gemidos y jadeos roncos. Escuchaba el chapoteo de los movimientos del omega y sentía sus propios muslos mojados por el lubricante de Jimin.

En más de una ocasión quiso tomar su trasero para ayudarlo a subir y bajar mejor, pero los gruñidos de Jimin le decían que no era buena idea.

Y mientras él se mantenía acostado en la gran cama, veía como un sexy omega cabalgaba su polla con saltitos certeros. Se impulsaba con sus rodillas y arañaba el pecho de Jungkook cuando el placer lo consumía.

Jimin tiraba su cabeza hacia atrás y tomó su propio pene con su mano, comenzando a bombear con fuerza, buscando su orgasmo. Fue cuando las lágrimas de placer inundaron sus ojos que miró al alfa con el ceño fruncido y la boca entre abierta rogando por tocarlo.

—A-Alfa... —gimió mientras seguía montándolo—. Hazme llegar.

Eso fue un permiso para Jungkook que no desaprovechó la oportunidad. Los ojos peligrosos del alfa lo veían con lujuria mientras doblaba las rodillas y plantaba los pies en la cama.

Quitó la mano de Jimin acariciando su miembro y lo hizo sostenerse de la cabecera de la cama mientras él apretaba su culo y lo obligaba a mantenerlo levantado mientras él lo follaba.

—Quisiste castigarme, Jimin. Y no te salió —gruñó Jungkook, apretando su trasero.

Jimin comenzó a gemir y rogar por más cuando los movimientos de Jungkook incrementaron, el alfa se impulsaba con fuerza, entrando y saliendo del omega.

Mientras tanto, Jimin apenas se sostenía, trataba de apretar sus puños en la cabecera de la cama y hacer fuerza en sus piernas temblorosas para que Jungkook follara su agujero. Sentía la polla del alfa golpear una y otra vez con su próstata.

Un espasmo le recorrió el cuerpo y se abrazó al torso del alfa cuando su agujero expulsó su lubricante en un chorro. Jungkook sacó su polla de Jimin y sintió los fluidos del omega mojarlo.

Se giró para quedar arriba de Jimin y tomó sus piernas para separarlas. Volvió a introducirse de golpe, buscando sus orgasmos. El alfa besaba sus labios y su mandíbula.

—Mío, todo mío —jadeó Jungkook besándolo. Jimin solo asentía ciegamente mientras arañaba la espalda del mayor.

—T-Tu nudo —gimió Jimin—. Lo quiero, córrete d-dentro.

Jungkook hizo caso a sus palabras y tomó sus piernas para posarlas sobre sus hombros, lo embistió con fuerza hasta que sintió la base de su miembro comenzar a hincharse. Apretó la cintura del menor cuando llegó al orgasmo.

Y Jimin también se corrió al sentir el nudo del alfa en su interior, manchando su estómago.

Jungkook quitó las piernas de Jimin de sus hombros y con cuidado se acercó hasta la mesa de noche para tomar un pañuelo y comenzar a limpiarlo.

Ellos trataron de regular sus respiraciones mientras el nudo bajaba, sintiendo todavía el alcohol en su sangre y como si su cabeza diera vueltas.

Cuando el alfa pudo separarse de él, también limpió su corrida saliendo del interior del omega y quitó las sábanas para que pudieran recostarse juntos. Jimin ya dormitaba cuando el ojiverde lo atrajo hasta él para abrazarlo por la espalda.

Ni siquiera les importó que estuvieran en la casa de Yoongi, en una habitación desconocida. Seguramente no fueron los únicos que follaron como animales, así que les dio igual.

Durmieron juntos esa noche, demasiado cansados y borrachos como para conducir hasta sus casas.

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